Redonda, aplanada y de un apetecible color dorado, la Torta de Aranda es un pan de aceite amasado a conciencia. Su escasa corteza y su consistente miga nos indican que en su elaboración la levadura es escasa, que prima la masa madre y el trabajo manual de un artesano. Su textura y sabor lo convierten en un capricho para el paladar, y hacen que la sencilla exquisitez del pan con aceite adquiera nombre propio.
Es esta Torta un ejemplo de la tradición gastronómica de Aranda del Duero, tan ligada a los productos autóctonos. El afamado asado arandino de lechazo churro y los reconocidos vinos de la Ribera del Duero perderían protagonismo en la mesa si no se acompañaran de un pan como este. Porque el pan, el mismo del que tantas veces se reniega, equilibra la dieta y engrandece los sabores.
Gracias por traer a mi memoria el sabor de este pan que comía cuando era crío en aquellos largos veranos en el pueblo de mi abuela, muy cerca de Roa de Duero.
ResponderEliminarMe alegro mucho, Max :)
ResponderEliminar¿Por qué será que el sabor del pan y de las meriendas de nuestra infancia se queda tan grabado en nuestra memoria?