19 septiembre 2012

El cierre de Cafés Guilis

  Qué sorpresa más triste volver de vacaciones y comprobar que la tienda de Cafés Guilis, en la calle del Conde de Peñalver, ha cerrado. Era una de las tiendas más clásicas y tradicionales del madrileño barrio de Salamanca y su escaparate era toda una alegría para la vista. El aroma a café y dulces que se escapaba por la puerta una tentación para el transeúnte. Solía acercarme a menudo a comprar café, y en fechas claves como Navidad o Pascua me divertía parar delante de su escaparate y deleitarme con la decoración de temporada. La tienda era la viva imagen de las confiterías de antaño ya que, a pesar de ser el emblema de la marca madrileña, los productos más vendidos eran los caramelos y los chocolates. Una pena. Por suerte siempre nos quedarán la reseña y las fotos de Raquel Lozano en DolceCity.com, de donde me he permitido el lujo de coger la imagen que ilustra este post.
Así era el escaparate de la tienda de Cafés Guilis.
(Foto de Raquel Lozano en 
 DolceCity.com)
  
   Ver echar el cierre definitivo a alguno de nuestros establecimientos favoritos genera un sentimiento parecido a cuando un amigo se va, que algo se muere en el alma. Aún cuando detrás de un cierre puede haber infinidad de motivos, es llamativo ver como muchos negocios tradicionales, de los de toda la vida, están cerrando. Últimamente la crisis parece justificar todos los ceses de negocio pero el fenómeno no es nuevo. Hace unos años fui testigo del cierre sucesivo de algunas de las últimas mantequerías y tiendas de ultramarinos que sobrevivían en el barrio de Argüelles. Y que sí, que cuando algo muere algo nace, y que nuestros gustos cambian, los alquileres han de subir, y la gente tienen derecho a jubilarse. Pero es como si se cerrase algo más que la puerta del local, es como si pasáramos una página de nuestra historia.

10 septiembre 2012

"La Paraguaya" o la casa de las empanadillas adictivas



La Paraguaya es un bar bastante normalito con precios económicos y tercios de cerveza Brahma a punto de granizado. A parte del nombre, lo único que nos indica que no estamos en el típico bar castizo de Chamberí son los paquetes de yerba mate colocados al lado de la cafetera, y una modesta carta salpicada con algunas especialidades paraguayas. Cuando uno entra por primera, siempre que se sea observador, llama la atención la cantidad de empanadillas que son emplatadas y servidas a la clientela. Empanadillas de yuca, mandioca o mandi'o en guaraní, rellenas de carne o pollo y con una pinta estupenda. Un platillo muy popular de la cocina paraguaya (receta en el blog de "Gabriela, clavo y canela" aquí) que podemos encontrar en este madrileño establecimiento al precio de 2€
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  Hasta que no se prueban no se termina de entender el por qué de tanto ajetreo alrededor de estos pastelitos: la especial textura de la masa de yuca (crujiente por fuera y  asombrosamente tierna por dentro), y el sutil punto especiado de relleno crean verdadera adicción. Cada pieza es más contundente de lo que a primera vista se pueda pensar, lo que es de agradecer porque obliga al comensal a que su masticar sea lento y pausado.  
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  No es de extrañar que La Paraguaya se esté convirtiendo en sitio de peregrinación para los fanáticos de las empanadas.


LA PARAGUAYA
Metro: Alonso Cano- L7

08 septiembre 2012

Taller de vodka tonics en el Café de Oriente


Taller de vodka-tonics impartido por SEAS y ESAH en el aula de el Café de Oriente de Madrid.
Juan Carlos Sánchez Allende, maître y barman de Café de Oriente, en acción.

Vodka Stolichnaya Elit, tónica Nordic Blue, frambuesas y albahaca.

Mi invención: vodka Grey Goose, tónica Q-Tonic, arándanos y cáscara de naranja macerada en Cointreau.