26 enero 2009

Qué comer en Roma sin salirse del presupuesto

Unos cuantos días en Roma dan mucho de sí para saborear la auténtica comida italiana, aún mirando muy bien lo que uno de quiere gastar. Lamentablemente la comida más típica, la de las mammas, no la vamos a encontrar en ningún resturante, pero tampoco vamos a estar más cerca de lo auténtico. En líneas generales comer en Roma es más caro que en Madrid, ya sólo el menú del día que cualquier trattoria, osteria o restaurante (muy útil este post de audioguiaroma.com sobre las diferencias entre unos y otros) puede ofrecerte no incluye ni la bebida, ni el pan, ni el postre, ni el servicio del camarero. Lo que hay que tener claro es que fuera del circuito turístico es donde podemos encontrar los precios más competitivos.

1. Una buena opción siempre son las
 cadenas de restaurantes, con precios muy atractivos público local.
  En Insalata Ricca por 20€ por persona puedes comer a la carta divinamente. Nosotros pedimos una ensalada para compartir (que si el local se llama "ensalada rica" por algo será, muy recomendables las que tienen mozzarella -ni pinta de comparación con el queso mozzarella que nos venden aquí-, son ensaladas hermosas de tamaño como las del Vips), un plato de pasta (ravioli con salsa de calabaza), un plato de carne (escalope con salsa de setas y castañas), postre , pan y vino de la casa.
 En
Rossopomodoro tienen menús todos los días y es el típico sitio donde acude la gente de oficinas que tiene una o dos horas para comer. Los restaurantes son muy coquetos con un puntito moderno. El menú permite elegir entre dos primeros, dos segundos y dos acompañamientos (y menos mal que sirven el segundo plato acompañado, porque la ración es bastante pequeña). Nosotros elegimos pasta mixta con calabacín y albóndigas de carne con tomate (que por cierto eran tres y estaban deliciosas, aunque me hubiera comido tres más), y de acompañamiento ensalada mixta. Para beber, tinto de la casa, y para mojar el pomodoro un poco de pan tipo ciabatta. Sumando el servicio, el menú salió al final por 14€, cinco más sobre los 9 iniclamente anunciados.
Spiedino di carne al rosamarino (albóndigas) e insalata mista.
2. Pizza al taglio. Lo que más llama la atención en Roma, y por extensión en Italia, son las pizzerías "al taglio" o locales con horno y mostrador, donde venden la pizza en porciones o al corte y las cobran al peso (l'etto). Algunas disponen de banquetas para comer allí mismo, otras son tan pequeñas que forzosamente tienes que comer tu porción en la calle. Sorprendente es ver a la gente comiendo pizza a todas horas, ejecutivos que salen del trabajo, niños con la mochila del colegio, jubilados... y es que lo de la pizza es un modus vivendi de lo más arraigado, y sano. Por eso hay pizzerías por todos lados. De precio son todas muy parecidas, incluso las que están en todo el cogollo turístico, lo que marca la diferencia es el precio de las bebidas y hay que tener en cuenta que siempre la cerveza de grifo es más barata.
Pizza bianca con rughetta e prosciutto.
Tuvimos la suerte de probar varios tipos de pizzas. El primero fue en Pizzería "Eterna", en la Via delle Muratte al lado de la Fontana de Trevi. El local tiene algunas  banquetas y grifo de cerveza, y no fue tan cara a pesar de estar al lado de la famosa fuente. Pedimos pizza bianca con rughetta e prosciutto. La pizza blanca, aparte de no llevar tomate, presenta como principal característica la masa, llena de bolsitas de aceite. En este caso la pizza presentaba doble masa de manera que en apariencia se asemejaba a una empanada. La combinación de rúcula y jamón fue todo un acierto.   Lo de la rúcula en las pizzas es muy habitual, aunque ello implica no poder recalentar la porción porque los brotes se estropearían y perderían sabor. Nos quedamos con ganas de probar la especialidad de la casa, la pizza blanca con mortadela, esta sin doble masa.
 3. Sitios parecidos a los de pizza al taglio, son los locales que venden comida preparada o tavola calda. Tienen espacio sitio habilitado para sentarte y comer allí mismo (aunque en este caso cobrarán el servicio) y la comida también se puede pedir para llevar. La mayoría son a la vez rosticceria (pareceido a nuestro asadores de pollos) y podemos encontrar todo tipo de fritanga y carne asada. Muy cerca de la Ciudad del Vaticano, e Via Leone IV probamos unos deliciosos canelones tamaño XL y una deliciosa ensalada con queso mozzarella tamaño pelota de tenis. Junto con la bebida salimos a 10€ cada uno.
Mozzarella y canelones de tamaño XL.
4. Para darse un homenaje sin salirnos del presupuesto una buena opción son las osterias o las enotecas. Unos amigos italianos nos habían recomendado Osteria Margutta, en Via Margutta entre la Piazza del Popolo y la Piazza di Spagna, pero el día que habíamos reservado para cenar allí resultó ser el día de descanso. El homenaje fin de fiesta nos lo dimos en Satyricon, una enoteca en la Via di Tor Millina (muy cerca de la Pza.Navona, en la misma calle que Tapa Loca, un bar de tapas españolas). A pesar que la carta era un tanto reducida y no había mucho entre qué elegir, optamos por platos típicos del Lazio y cenamos divinamente.  Unas bruschettas y una ensalada caprese como entrantes, bucatini all'amatriciana como plato de pasta (los bucatini son como espaguetis pero con agujetito en medio, y la salsa lleva panceta, cebolla, tomate y queso de oveja) y saltimbocca alla romana como plato fuerte (escalope empanado de ternera, con jamón y salvia). Lo mejor de la cena fue el vino blanco que elegimos (un poco a voleo, la verdad) de la D.O.C. Cerveteri (denominazione di origine controllata). Salimos a 35€ cada uno.
Interior de la enoteca donde cenamos. El local era muy acogedor.
 
5. Aunque para homenaje, los dulces y helados que se pueden encontrar en la multitud de pastelerías y heladerías de Roma. Eso por no hablar de los puestos a pie de calle de creps de nutella, con el tarro de nutella bien delante por si no habías percibido el olor a crepe desde el otro lado de la calle, para que cuando pases por delante del puesto veas bien lo de nutella... Mi dulce preferido al que no puedo resistirme si estoy en Italia, es una dulce crostata, por ejemplo, las individuales de Cantiani (Bar-Pastelería en Via Cola Di Rienzo 236) a 1,50€ la unidad.

6.
Roma merece una vistia más larga para apreciarla al completo, y a nosotros nos quedaron demasiadas cosas en el tintero. Para el próximo viaje nos apuntamos las siguientes:

   - Probar las pizzas de una de pizzerías  más famosas de Roma, La Montecarlo (Vicolo Savelli 13, junto al Pasquino).
   - Degustar un delicioso café en la
Tazza d' Oro (Via degli Orfani 84, cerca del Panteón).   - Probar el mítico tartufo de Tre Scalini (en la Piazza Navona).
   - Tomar el típico aperitivo italiano por la tarde (pagas la bebida y tienes a tu disposición 
toda una barra libre de aperitivos), por ejemplo en Freni e Frizioni (en el Trastevere).
   - Comer en Terno Secco (via Andrea Doria 16, cerca de los Museos Vaticanos), una pizzería que nos recomendaron los mismos amigos que nos hablaron de
Osteria Margutta.