La ruta de tapas que propongo parte de la enriquecedora experiencia de probar cosas nuevas. El fin de semana pasado he tenido la suerte de poder realizarla con cinco amigos curtidos en estos lares, con paladares expertos y exigente criterio. El resultado, como no podía ser de otra forma, ha sido ejemplar por la experiencia en sí (que ha marcado un antes y un después en nuestras vidas) y porque el tapeo con amigos siempre mejora el ánimo y asegura risas.
El barrio de Chamberí - y en especial los aledaños de la Calle Ponzano- es zona obligada para el madrileño tapeador inquieto: el tapeo en Madrid no es sólo Latina y Cava Baja. Es un barrio fruto de su historia con unas características muy concretas pero en constante renovación, también en cuanto a la oferta culinaria. Cada local aporta su granito de arena para sorprender al cliente y sin duda podemos afirmar que esta zona colabora activamente en la tendencia vanguardista del tapeo madrileño. Esta ruta es sólo una muestra de lo que podemos "catar" -por ejemplo- una tarde/noche de sábado, activando el paladar con unos aperitivos para culminar con un plato contundente.
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Taberna de Los Madriles. |
1. Empezamos en la Calle de José Abascal nº 26, al lado de la estación de Metro Alonso Cano, en La Taberna de Los Madriles. Es un local que quizás pase más desapercibido que otros locales de la zona por su aspecto "clásico" sin minimalismos ni wengué, pero que sorprende por su carta de vinos y tapas. Éstas son sin duda lo destacable de la oferta de bar, a un precio asequible: lo ideal para tomar con una caña es pedir un par de pinchitos o tostas. Es obligatorio probar el morunito y el alcarreño, sin duda lo más original de la carta en cuanto a materia prima el primero (venado) y combinación de sabores el segundo (sobrasada y miel), pero es imposible no fijarse en el campanu o el madriles. El local además es muy acogedor, en especial el reservado de atrás, y los camareros son muy amables.
2. Continuamos subiendo por la calle de José Abascal, y es inevitable entrar en El Doble a tomar una caña. Personalmente no destacaría la oferta de tapeo (que además se sale de mi presupuesto), sino la caña en sí (1,40€) tirada con sistema antiguo, y con esa espuma compacta que no se pierde tras el primer sorbo. Sin duda es de los mejores sitios de Madrid para tomar una caña en condiciones, por lo que la parada en nuestra ruta es obligada.
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Rollito crujiente de morcilla de Emyfa. |
3. Llegando a esquina de José Abascal con Santa Engracia, llegamos a Emyfa. Tengo que reconocer que por Emyfa había pasado en innumerables ocasiones y que hasta hace poco no me había atrevido a entrar, quizás por el concepto de cafetería que tenía del local. Realmente es asombrosa la oferta de pinchos que tiene en carta, no en vano ellos inventaron las pulguitas. Recomiendo el rollito crujiente de morcilla con pimientos de piquillo presentado en plato cuadrado con rúcula y canónigos que sorprende por su sabor suave (apesar de la presencia de morcilla) y los tres pinchos de solomillo, con brie, con cebolla caramelizada y con mostaza a la antigua.
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Barra de Casa Patillas. |
4. Y ya llegados a la calle de Santa Engracia, cruzando la calle desde Emyfa hasta el número 102, llegamos a Casa Patillas donde pediremos la cena. Es un local con mucho encanto torero, con carteles de toros y toro disecado incluidos, y con una variada carta de productos de primera calidad. Conviene reservar (913 952 827) o llegar a primera hora para no arriesgarse a no tener mesa. En cuanto uno coge la carta se le van los ojos al plato estrella huevo de avestruz con patatas, pimientos y morcilla de león que desde aquí se recomienda (a pesar de lo que diga la carta) para 6-8 personas. No hay palabras para describirlo, es simplemente grandioso.
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Huevo de avestruz de Casa Patillas. |
El único inconveniente con un plato así, mejor dicho "una paellera así", es que es muy fácil que nos ciegue el ansia. Dado que la morcilla puede llegar a repetir durante las 24 horas siguientes hay que pensarse dos veces el remover a conciencia el asunto con el gesto habitual para romper los huevos estrellaos, sino se desea que la morcilla quede bien repartida con el resto de los ingredientes. Por supuesto la solución siempre será llevar una provisión de Almax® para cuando se acabe de rebañar el plato, porque el rebañar es algo seguro. Probar un plato grandioso como este marca un antes y un después en la vida de cualquier tapeador, y asegura que las copas de después sean la mar de divertidas. El poder llevarse el cascarón del huevo (los de Casa Patillas te dan hasta bolsa y todo) da mucho juego.
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¿Cáscara del huevo o lámpara? |
Presupuesto por persona si la ruta la hace un grupo de 6 personas: 25€ por cabeza.
31/10/08.- Actualización sobre Casa Patillas. Debido a la crisis han bajado en general la cantidad de todas las raciones, y siendo el huevo de avestruz uno de los platos en donde más se ha notado. No sirven tanta cantidad de patatas y ya no lo acompañan con pimientos. La única novedad interesante es que ahora puedes elegir la vianda (morcilla, chorizo o jamón). A pesar de ello siguen comiendo bien 6-8 personas.
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